Por mucho tiempo los diarios tuvieron una relación estrictamente comercial con las agencias de publicidad. Publireportajes, media página, página entera, coberturas de eventos, eran algunos de los formatos tradicionales que se utilizaban para comunicar a través de este canal a nuestra “audiencia”. Sin embargo, con la llegada de la era digital esto cambió. Los diarios comenzaron a lanzar sus sitios web y la publicidad pasó de ser media, un cuarto o página entera a llamarse banner (rich media, estático, dinámico).
La llegada de este formato hizo que la forma de hacer publicidad cambiara. En especial, porque un tiempo después de que el mundo conociera el banner comenzó lo que se denominaría “banner blindness” o ceguera de banners. Las personas comenzaron a ignorar todo aquella comunicación que estuviera presentada como formato de banner. Obligando así a los publicistas y diarios a crear un nuevo formato que no fuera tan invasivo y tan ignorado.
El marketing de contenido nace por una necesidad de llegar a nuestra audiencia sin haberlo saturado, de una manera más sutil que la publicidad tradicional. A diferencia de un publireportaje, el “content” tiene que venir desde la editorial, si bien el tema puede ser entregado; la perspectiva, el título, el tono, el enfoque, todo tiene que venir desde el periodista. El diario y al editorial conoce a su audiencia, sabe que quiere conocer e informarse y cómo consume la información dentro de su sitio web. Son los indicados para saber comunicar el tema, dado por el cliente, hacia su audiencia.
Por eso, traer el Content Marketing a Chile fue una oportunidad que se aprovechó para crear tendencias, posicionamiento, y recordación, logrando no invadir tanto a nuestros posibles compradores y audiencia.